Seguro que te has preguntado alguna vez si ese alimento que tienes en el frigorífico debería estar ahí. Porque ¿Sabías que hay alimentos que no deberías meter nunca en el frigorífico? Pues sí, los hay. Y hoy te contamos cuáles son.
- Los tomates como les pasa a otras frutas y verduras suelen necesitar un tiempo de maduración a temperatura ambiente por eso debemos evitar guardarlos en la nevera. Además el frío los deja insípidos y destruye sus estructuras internas, por lo que la textura será más aguada y harinosa. Le pasa lo mismo a los pepinos, las berenjenas.
- Las berenjenas es una hortaliza que no necesita frío y basta con dejarla en un lugar fresco y seco para que conserve sus propiedades.
- Las hierbas aromáticas que compramos frescas, como el perejil, la albahaca, el cilantro, o la menta, no necesitan frío para conservarse. La mejor forma de mantener sus cualidades y su potencia aromática es mantenerlas vivas, como si fuesen flores frescas. Basta con dejarlas en un vaso con agua para que nos aguanten varios días en perfectas condiciones. En el frigorífico, en cambio, se ablandarán rápidamente y quedarán empapadas al perder su hidratación natural.
- Las frutas como el melón o la sandía pierden sabor y aroma cuando las guardamos en la nevera. Además, una conservación en frío hace que pierdan sus propiedades antioxidantes.
- El jamón curado nunca debe guardarse en el frigorífico. Su alto contenido en sal absorberá parte de la humedad ambiental dentro de la nevera y las grasas que contiene se verán modificadas por efecto del frío. El resultado será la pérdida de sabor y aroma, y una textura desagradable.
- Las frutas cítricas, como las naranjas o las mandarinas se conservan también mejor fuera del frigorífico. A temperatura ambiente mantendrán todo su sabor y aroma y se mostrarán más jugosos. Si necesitamos mantenerlos durante más tiempo, podemos refrigerarlos, pero deberemos hacerlo envasándolos al vacío para preservar mejor sus propiedades.
- Los aguacates también suelen comercializarse en estadíos tempranos de su proceso de maduración, por lo que nos aguantarán varios días fuera de la nevera sin ningún problema. Una vez maduros, cuando estén más blandos, podemos mantenerlos hasta una semana refrigerados.
Hay muchos más alimentos que no deben guardarse en la nevera, pero estos son los que normalmente más guarda la gente en el frigorífico y no deberían.
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