Si hablamos de cocina, el debate está servido. Los amantes de la cocina tienen una discusión sobre si es mejor la cocina de gas, la vitrocerámica o la inducción, y ninguno se pondrá de acuerdo nunca. Cada uno tiene sus gustos y les parece mejor una que otra, por eso, a la hora de elegir una de ellas, es mejor dejarse llevar por las necesidades de cada uno que por los debates entre cual es mejor y cual es peor. Así que hoy nos hemos puesto la misión de explicarte cómo es cada una de ellas, para que así, seas tú mismo el que elija la opción que mejor se adapte a ti.
Cocina de gas
¡La comida hecha en las cocinas de gas sabe mejor! ¿Cuántas veces habrás escuchado esa frase en boca de alguna abuela? Pues bien, no sabemos si esto es cierto, pero lo que sí sabemos es que la cocina de gas tiene ciertas características que la hacen ser la reina en las cocinas industriales:
- Calienta muy rápido.
- Admite cualquier tipo de recipiente.
- Su consumo es menor que el resto de cocinas
- Emite menos CO2 que las demás.
- Es la más barata.
Vitrocerámica
Es la más usada en la mayoría de los hogares, pero está condenada a desaparecer con el tiempo. Está en medio del gas y la inducción y estas son sus ventajas:
- Se limpia con mucha más facilidad que el gas.
- Conserva el calor un tiempo después de cocinar, por lo que se puede terminar de cocinar con la vitro apagada.
- Se puede utilizar cualquier tipo de recipiente, incluso el barro.
- Son las que más energía consumen porque tardan más en calentar que las demás.
Inducción
Las personas que han probado la inducción han quedado enamoradas por completo. Hay dos bandos diferenciados, los que defienden la inducción y los que se quedan con la cocina de gas. La inducción es una cocina que:
- Se calienta muy rápido, por lo que gasta menos energía.
- La placa no se calienta, por lo que es muy práctico para no quemarnos.
- Son fáciles de limpiar.
- Se puede regular la temperatura mejor que con el gas.
Ya hemos visto las ventajas de cada cocina y tú ¿con cuál te quedas?
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