Según los expertos un usuario medio se verá obligado a comprar a lo largo de su vida cuatro lavadoras, cuatro frigoríficos, dos o tres coches, 23 móviles, seis televisiones, cuatro hornos, cuatro lavavajillas, cuatro equipos de música… Es el resultado de algo que seguro que has escuchado y que se llama obsolescencia programada. Se trata de una cuestión tan sencilla como que los electrodomésticos tienen una vida señalada que hará que llegado el momento sean inservibles por diversas causas. La obsolescencia programada existe hace dos siglos, y parece que su avance es imparable. Reparar y reciclar en lugar de sustituir es el primer paso para luchar contra ello. Elegir con cuidado a la hora de la compra, informándonos de la posible duración programada del artículo, es otra. Al daño económico que provoca al consumidor hay que añadir que las asociaciones ecologistas denuncian que programar la vida útil de los productos afecta gravemente al medio ambiente.
Existen tres maneras de que esta obsolescencia se haga presente en la vida de nuestros aparatos. La primera es la obsolescencia de función, que aparece cuando sale a la venta un producto más avanzado que el que tenemos. Las nuevas habilidades de los aparatos hacen que los antiguos, aunque sigan funcionando, queden obsoletos y ya no nos sean útiles. La obsolescencia de calidad es la que hace que pasado cierto tiempo desde la compra de un aparato su uso empiece a presentar un mal funcionamiento que nos hace desconfiar de su continuidad o directamente desecharlo en favor a uno nuevo. Por último, la obsolescencia de deseo es una tendencia psicológica que ataca al comprador cuando sale a la venta un producto más avanzado y los estilos de vida, de moda, o el deseo de estar a la vanguardia hacen que el usuario se deshaga del antiguo en favor del mas novedoso.
Como curiosidad, un ranking de los aparatos con mayor obsolescencia nos lleva a nombrar los siguientes: los móviles actuales componen la tecnología mas etérea ya que a los 2 o 3 años (cada vez con menos margen) tienen que cambiarse por mal funcionamiento o por desactualización. Las televisiones de hoy día vienen a durar en el hogar entre 3 y 6 años. La tostadora no pasa de entre 18 y 28 meses y el microondas no excede los 48 meses de vida. Las lavadoras y frigoríficos duran entre 2 y 12 años, siempre, como en la mayoría de los aparatos, según la marca que hayamos escogido.
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